CHISTES ADULTOS en ROSARIO |
El Duque de Windsor es invitado a tomar el té al palacio de la condesa de Brickgham. Al llegar, Perkins, el mayordomo, le abre la puerta y le ayuda a quitarse el abrigo, el cual se lleva para guardar.
El Duque saluda de la siguiente manera:
- Buenas tardes, Condesa, un verdadero placer volver a verla; cada día se encuentra usted más hermosa.
La Condesa, que se hallaba con tres amigas, le responde:
- Buenas tardes, Duque, usted siempre tan caballero. Es para mí un honor que haya aceptado mi invitación.
- Por favor, no podría ser de otra forma. El honor es mío.
Cuando estaban tomando el té, la Condesa y sus amigas, le proponen jugar a las adivinanzas. Todos están de acuerdo y comienzan las mujeres, teniendo que adivinar el Duque.
- Bueno, ¿sobre qué le preguntamos? - dice la Condesa en secreto a sus amigas.
- ¡Ya sé! - dice una de las amigas. Preguntemos sobre "la yegua negra de la Condesa".
- A ver, Duque, adivine: qué es negra y suave, pero cuando se la toca mucho, se para y se vuelve brava y salvaje.
- ¡Una poronga! - responde rápidamente el Duque.
- ¡Oh! Es usted un mal educado. ¡Cómo se le ocurre! - se ofenden las mujeres.
- Perkins, por favor, traiga el abrigo del Duque porque se retira. -grita la Condesa indignada.
- Oh, no, discúlpenme. No sé qué me pasó... Por favor, damas, dénme otra oportunidad... -suplica el Duque agarrándose la cabeza.
- Bueno, por esta vez lo disculparemos, pero que no se repita.
Las mujeres vuelven a debatir y deciden preguntar por "un anillo".
- Duque, aquí va la nueva adivinanza: Es redonda, entra hasta llegar al tope y les encanta a las mujeres. A ver, ¿qué es?
- ¡Una poronga! -responde nuevamente el Duque.
- ¡Oh! ¡Esto es terrible! ¡No lo podemos creer! ¡Es inadmisible, imperdonable!
Perkins, traiga el abrigo del Duque que se retira -grita nuevamente la Condesa.
- No, por favor, dispensen mi mala educación. Seguramente se debe al largo viaje. Nunca me pasó algo así. Pido disculpas a las damas presentes y prometo
que no se ha de repetir.
- ¡Será la última vez que soportamos una grosería semejante! -responde la Condesa muy seria.
Nuevamente se reúnen para decidir que será lo que deberá adivinar el Duque y eligen "una vainilla en la taza del desayuno".
- Duque, esta es su última oportunidad: Entra dura y desafiante, sale blanda y chorreando leche. ¿Qué es?
El Duque se pone de pie y grita:
- ¡Perkins, tráigame el abrigo! ¡ESO ES UNA PORONGA, CARAJO!!!
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