Comunicamos con profunda tristeza la muerte de un amigo

Comunicamos con profunda tristeza la muerte de un amigo

Hoy lloramos la muerte de un querido amigo: Sentido Común, que ha estado entre nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia cierta qué edad tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido en los vericuetos de la burocracia.

Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como: "hay que trabajar para poder tener un techo propio", "no hay que gastar mas dinero del que se gana", y que "el esfuerzo y el sacrificio personal valen la pena para conseguir las cosas realmente valiosas de la vida".

Su salud comenzó a deteriorarse rápidamente cuando los padres comenzaron a atacar a los maestros sólo por hacer el trabajo en el que ellos habian fracasado: disciplinar a sus ingobernables hijos.

Declinó aún más cuando la televisión comenzó a propagar la falsa idea del "éxito fácil", las entrevistas a gente deshonesta que vive impunemente en la opulencia, y las injusticias y el sufrimiento de ciudadanos abandonados por las autoridades.

Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas: el orden, la limpieza, la integridad, la puntualidad, la responsabilidad, la prudencia, el deseo de superación y, fundamentalmente, el respeto a las leyes y al derecho de los demás.

Sentido Común perdió terreno cuando los políticos comenzaron a hacer campaña prometiendo subsidios por no trabajar o gratuidad de servicios que no eran indispensables, impidiendo así que los impuestos tuvieran como destino la educación, la seguridad, la defensa, la salud y la justicia, que son de competencia exclusiva del Estado.

Declinó aún más cuando se enteró que los profesores eran amenazados por sus alumnos, y que los doctores de los hospitales pedían custodia policial por el maltrato y las agresiones de los familiares de los internados.

Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando supo que había policías ladrones, curas pedófilos, politicos corruptos, niños abandonados por sus propios padres, maestros con faltas de ortografía y delincuentes que recibían mejor trato que sus víctimas. Todo esto ante la total indiferencia de la gente.

Para Sentido Común fue un duro golpe que un ciudadano ya no pudiera defenderse de un ladrón en su propia casa, pero que el ladrón pudiera demandarlo por agresión; y que si un policía mataba a un ladrón, incluso si éste estaba armado, lo investigaran inmediatamente por exceso de defensa o, cuando no, fuera acusado de gatillo fácil.

La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres: "Verdad" y "Confianza", pero lo sobreviven sus tres espantosos hermanastros: "Conozco mis derechos", "Los demas tienen la culpa" y "Soy una víctima de la sociedad".

No hubo mucha gente en su funeral, porque muy pocos se enteraron de que se había ido.

Si tu aún lo recuerdas, comentales a los demás esto que has leído.

En caso contrario, no hagas nada, y así te unirás a la mayoría.