CHISTES CORTOS en ROSARIO |
La profesora le dice a Jaimito: - Jaimito, ¿qué me puedes decir sobre la gelatina? - No sé, profesora. En mi antigua escuela solo conocí la "I" latina y la "Y" griega, pero de la "G" latina no se nada.
Un político, pasea con el hijo por su campo, y le muestra las vacas y las ovejas. El niño, asombrado, le pregunta: - ¿Y todo es ganado? Y el padre le responde: - Pues... no precisamente, tu me entiendes... ¿Verdad hijo?
- A tu mujer y tu hija se les ha caído una estantería encima y están aplastadas y muertas. - ¡¿ESTÁN QUE?! - Estantería... donde se ponen los libros.
Un hombre le dice a su esposa: - Querida, cuando me hablas me haces acordar a una ciudad de Estados Unidos. La mujer, sorprendida. le pregunta: - ¿Los Angeles? El marido le responde: - No. Kansas.
- Doctor, creo que tengo diarrea mental. - ¿Diarrea mental? ¿Y qué es eso? - Pues, con cada idea que tengo, siempre la cago...
En el confesionario: - Padre, quiero confesar que soy homosexual. - ¡Hijo mío! - Sí, pero... además... mi hermano y mi padre también son gays. - ¡Oh, cielos! Pero, hijo mío, ¿es que en tu casa a nadie le gustan las mujeres? Y el chico contesta: - Sí. a mi madre...
Un hombre va a la iglesia y le pregunta a un sacerdote: - Señor cura, ¿aquí apartan a las mujeres del mal? - Si, hijo mío. - Bueno, apárteme dos para el sábado por la noche.
Era un cocinero tan feo, pero tan feo, que hacía llorar a las cebollas.
- Tía, ¿para qué te pintas? - Para estar más guapa. - ¿Y tarda mucho en hacer efecto?
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