Un ejemplo de una estafa P2P |
UN EJEMPLO DE UNA ESTAFA P2P Las redes P2P (peer to peer), permiten el intercambio directo de información, en cualquier formato, entre los ordenadores interconectados. Esta es la modalidad por la cual por medio de distintos operadores internacionales de criptomonedas (como por ejemplo Binance), un usuario puede comprar o vender criptodivisas. El trámite es un poco más complejo que si se utilizan las aplicaciones en las que el usuario interactúa con el operador que ofrece estos servicios (por ejemplo Lemon o Buenbit). En este caso en particular, (o sea, utilizando el vínculo P2P) el contacto es directo con otra persona que está interesada realizar un intercambio con nosotros, sin intermediarios. Ejemplo de una transaccion utilizando P2P Vamos a entenderlo mejor con un ejemplo: La persona A quiere vender 100 DAI (DAI es una criptomoneda estable cuyo valor esta equiparado con el dólar americano). En la plataforma Binance, encuentra un interesado, la persona B, que quiere comprarla. Se ponen de acuerdo y la persona B le envía el dinero (en este ejemplo) por Mercado Pago. La persona A, constata que le llego el dinero y libera los 100 DAI, o sea, le manda a Binance para que le transfiera ese activo a la persona B. Llegado a este punto, esto es lo importante: no liberar las criptomonedas vendidas sin asegurarse que el dinero haya llegado efectivamente a su cuenta. Si el dinero no llegó, no hay que liberar, bajo ninguna circunstancia y por ninguna razón, los activos. A veces, la vida nos da sorpresas desagradables. Ahora bien, ¿que pasa si la persona B, unos días después, desconoce esa transacción y Mercado Pago le devuelve el dinero? ¿Que no puede pasar? Lamentablemente ha pasado. La pregunta es entonces, ¿en qué casos puede ocurrir esto? Vamos a dar la respuesta y después la explicamos: esto puede darse cuando la persona que hizo la transferencia no es la misma que a la que le libere los activos. ¿Cómo opero acá el estafador? Mejor, volvamos a ver la película desde el principio. Develando la estafa. La persona A (el estafador) dice que quiere vender 100 DAI. En Binance, encuentra un interesado, la persona B, que quiere comprarla. Pero, a su vez, la persona A busca un vendedor de 100 DAI (persona C) y le dice que quiere adquirirlos. Acá esta la jugada: La persona A le dice a la persona B que le envíe el dinero (en este ejemplo, por Mercado Pago) por la compra de los 100 DAI a la persona C, y la persona C al recibir el pago, libera los 100 DAI a la persona A. Lo demás es fácil: El estafador (persona A) desaparece de la escena con los 100 DAI. La persona B a no recibir los criptoactivos, pide a Mercado Pago la devolución del dinero (desconoce la transacción). La persona C, se queda sin los criptoactivos y sin el dinero, siendo la única perjudicada en todo esto. Si la persona C reclama a Binance, la plataforma le dará la razón a la persona B, porque no recibió los 100 DAI como se esperaba. MORALEJA. ¿Cuál es la moraleja de este embrollo? Habíamos remarcado anteriormente que NUNCA hay que liberar las criptomonedas vendidas sin asegurarse que el dinero haya llegado efectivamente a su cuenta. Ahora, a esto hay que agregarle que NUNCA hay que liberar las criptomonedas vendidas sin asegurarse que el dinero recibido en la cuenta corresponda a la misma persona a la que estoy liberando los activos. Todos los días en internet aparecen nuevas estrategias de engaño. Aca te contamos algunos consejos para evitar estafas y fraudes en Internet. Fuente: Internet.
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